Le hemos dado otra vuelta al Sol, nada más, eso es un año. Desde aquel «año cero» hemos estado contando vueltas y vueltas a nuestra estrella, sin fallar, sin retrasarnos, puntuales. Este año ha sido especial, sin duda ¿pero ha sido todo malo? Yo creo que es pronto para valorar…
Ha subido el contador un número más, en este caso del 2020 al 2021… y punto. Nada empieza, nada acaba, todo sigue igual, el invierno dará paso a la primavera, el frío al calor… y nosotros seguiremos envejeciendo y caminando hacia nuestro propósito en la vida, lo tengamos claro o no.
Os habréis dado cuenta de que, sobre todo en los últimos días del año, los medios se preocuparon mucho por meternos en la cabeza la idea de que el 2020 ha sido un año malo y que el 2021 va a ser mejor. Llenar de optimismo barato nuestras mentes es una técnica ancestral, mejor eso a que te digan cosas malas ¿no? es una forma de darnos el caramelo (refuerzo) por estar consumiendo esos medios y tenernos contentos para que todo siga bien (pan y circo, nada cambia). Buscar culpables y echarles la culpa una vez han desaparecido es otra técnica habitual, «el 2020 es malo, muerte al 2020″… y el que viene es mejor ¿no?… si se equivocan ya se encargarán de matarlo también e inventar «otro caramelo».
El 2020 no ha sido tan malo, señores. Que se lo digan a los productores de mascarillas, estuches guarda mascarillas, a los del gel hidroalcohólico… a las farmacéuticas… a algunas cadenas de supermercados… a Amazon… ¿a China?… Hay mucha gente que se ha beneficiado de esta situación, para la que ha sido «el gran año»… incluso nosotros hemos aprendido mucho de esta situación y hemos depurado hábitos de higiene, responsabilidad y civismo, que hacía falta depurar.
En el terreno educativo no os podéis imaginar el golpe de financiación que hemos notado, al dotarnos de fondos europeos que hay que gastar sí o sí en lo que se tiene que gastar estamos recibiendo recursos tanto humanos como materiales que no habíamos tenido en muchos años, más de una década. Se ha avanzado mucho en metodología y en el uso de tecnología en la escuela, de forma eficiente, no montando circos para luego postearlo en las redes. De hecho, muchos de esos maestros y centros educativos que eran percibidos como excepcionales por usar la tecnología y que eran aclamados por las redes se han normalizado y han bajado a tierra después de comprobar que no era tan complicado lo que hacían… y que tampoco era tan innovador…
El 2020 nos ha permitido pensar, reflexionar, nos ha permitido valorar cosas que no habíamos valorado antes, nos ha permitido estar solos, aislarnos, replantearnos nuestras rutinas, nuestros hábitos, nuestra capacidad de crítica y de razonamiento.
A mí, personalmente, este año me ha servido para despegarme de las redes sociales y ganar enteros en calidad de vida. Me ha permitido descartar relaciones superficiales y afianzar relaciones puras, de las de verdad. De alguna manera me siento como un galeón en medio del océano que estaba algo desorientado y con exceso de tripulación, y que ahora tiene la justa, expertos navegantes con los que he corregido el rumbo, preparado para seguir adelante en la buena dirección y con una tripulación que va a hacer que la travesía sea más placentera y que podamos salir de las dificultades que saldrán, porque el océano es así, tiene sus momentos… pero esos momentos los afrontaremos mejor preparados y con más y mejor experiencia.
Disfrutad de esta vuelta, no va a ser mejor, va a ser distinta, y si sois capaces de centraros en los detalles y no dejaros llevar por la influencia social, podréis vivir vuestra propia, personal e intransferible suma de momentos, vuestra propia vuelta a nuestra estrella.
Feliz vuelta al Sol. Nos vemos en la siguiente ola.